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lunes, 1 de julio de 2013

Lo que la colección esconde (XXV): Tapiz

Hoy damos la bienvenida al mes de julio. Este mes se denominaba Quintilis en el calendario romano por ser el quinto mes del año (no existían enero ni febrero). Posteriormente, en honor a Julio César que nació en este mes el año 100 a.C., pasó a denominarse Julius y de ahí de donde derivó a julio.
Julio César murió en el año 44 a.C. y en su testamento adoptó a su sobrino-nieto, Cayo Octavio Turino que pasó a llamarse Cayo Julio César Octaviano. Y éste, el que sería el primer emperador de Roma, es el protagonista "invisible" de nuestra pieza de hoy. 

El tapiz que os presentamos representa una escena que corresponde a la batalla naval de Actium o Accio que tuvo lugar el 2 de septiembre del año 31 a.C. En ella se enfrentaron las flotas de Cayo Julio César Octaviano y las de Marco Antonio, dirigidas respectivamente por Agripa y por el propio Marco Antonio junto a su aliada y esposa Cleopatra VII de Egipto. 
Ésta fue una batalla decisiva, que supuso un hito en la cuarta y última Guerra Civil de la República Romana. La victoria en Accio de las tropas de Cayo Julio César Octaviano llevaron a Marco Antonio y a Cleopatra a retirarse a Alejandría donde fueron finalmente derrotados en el año 30 a.C. Ese mismo año, Marco Antonio, creyendo que Cleopatra había muerto, se suicidó y poco después ella hizo lo mismo. Mientras, Cayo Julio César Octaviano volvió a Roma para convertirse en el primer Emperador del Imperio bajo el nombre de César Augusto.

CE01407
[...] ; y cuando todavía la batalla era común y se mantenía indecisa, se vio de repente a las sesenta naves de Cleopatra desplegar las velas para navegar y huir por medio de los que combatían, porque estaban formadas a espaldas de las naves grandes, y al partir turbaron su formación. Mirábanlas los enemigos, asombrados al ver que con viento favorable se dirigían hacia el Peloponeso. Viose allí claramente que Antonio no se condujo ni como general ni como hombre que hiciera uso de su razón para dirigir los negocios, sino que así como hubo quien dijo por juego que el alma del amante vive en un cuerpo ajeno, fue el arrastrado por aquella mujer como si estuviera adherido y hecho una misma cosa con ella; pues no bien hubo visto su nave en huida, cuando olvidado de todo, abandonando y dejando en el riesgo a los que por él peleaban y morían, se trasladó a una galera de cinco órdenes, no llevan consigo más que a Alejandro, Siro y a Escelio, y se fue en seguimiento de aquella perdida, que al fin había de perderle [...] 

(RANZ ROMANILLOS, ANTONIO (trad): Las vidas paralelas de Plutarco, Tomo IV, París, 1847, p. 178)

En el tapiz, que data del siglo XVII, se ve a Marco Antonio de pie sobre una barca extendiendo los brazos hacia la izquierda, lugar en el que está Cleopatra, también de pie, con intención de socorrerla.  La nave de Cleopatra es más lujosa y en ella dos remeros, de espaldas y con los torsos desnudos, han emprendido la huida con rapidez.
Detrás de Cleopatra, sentada en la embarcación se encuentra una mujer muy joven, posiblemente Cleopatra Selene, hija de Marco Antonio y Cleopatra. La niña va enjoyada, con perlas en el cuello y adornando sus cabellos. Las lágrimas se deslizan por sus mejillas y en su cara se aprecia un gesto de miedo. En la parte izquierda del tapiz, derecha del espectador, aparecen otras barcas de menor tamaño, luchando unas contra otras en medio del mar embravecido.
El tapiz es de seda y tiene unas dimensiones de 245 x 305 centímetros. Una belleza más que habita entre las paredes de Montalbán, 12.

1 comentario:

  1. Siempre tan impresionantes los tapices... y tan desconocidos. Tenemos tan asumido que son un "simple" objeto decorativo que nadie se para a mirarlos. Sin embargo, una pintura en la pared siempre va a captar al menos tres segundos de nuestra atención.

    Con el tema del cambio de denominación de nuestro mes de julio me habéis hecho recordar una anécdota que se atribuye a Tiberio (si no recuerdo mal). El Senado le propuso que, al igual que había ocurrido con Julio César y Octavio Augusto, Tiberio tuviera su propio mes del año. Sin embargo, el antipático emperador dijo, haciendo gala de un gran pragmatismo: "Si dais a cada emperador un mes del año, ¿qué vais a hacer cuando lleguéis al emperador número 13?". ¡Un saludo!

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